Mis secretos
Por
Leonor
Soy una
mujer de 28 años, casada hace dos años, con un niño de 1 año. Lo que les voy a
relatar soy parte de mis vivencias, con relación a la sexualidad, al
descubrimiento de ese mundo, a nadie se los he contado, son mis grandes
secretos, como titule el relato, pero me decidí a contárselos a Uds.
El
descubrimiento de mi sexualidad se remonta, a mi infancia, tendría
aproximadamente 10 años, que yo recuerdo, cuando empiezo a descubrir,
sensaciones, a descubrir mi sexo, al placer que sentía, a mirar a los del sexo
opuesto. Una de mis primeras sensaciones la descubrí de dos maneras, una cuando
íbamos de paseo al campo y nos daban paseos a caballo, el solo montarme a
horcadas en el animal, sentía en mi vulva un cosquilleo que me gustaba mucho,
una vez fue tanta la calentura que tuve que separarme del grupo y me fui detrás
de unos árboles para masturbarme, yo creo que fue mi primer orgasmo, estaba
montada en el caballo y mi órgano sexual rozaba con la montura, empecé un vaivén
frenético, frotando mi sexo varias veces hasta obtener una sensación que partió
de mi vulva y recorrió mi cuerpo como una corriente eléctrica, fue muy divino,
después me puse nerviosa por lo que había hecho, mire a los lados por si me habían
visto, después me volví a reunir con el grupo, la otra sensación la descubrí
montando en bicicleta, el roce del asiento, con mi coño me daba mucho placer,
una noche, me desnude completamente, y como mi bicicleta estaba en mi cuarto,
me subí a ella, y empecé a frotar mi húmedo sexo contra el asiento, estaba vez
fue mas pausado, porque estaba sola en mi cuarto, sentía como algo celestial se
apoderaba de mi cuerpo, lo cierto que el asiento era el que producía tanto
placer.
Mi primer
contacto con el sexo opuesto, fue creo que mas o menos a la misma edad, que descubrí
estas sensaciones, tenia un amiguito vecino de mi casa, menor que yo, pensándolo
hoy en día, digo que yo era bastante atrevida, porque yo era la que iniciaba
todos estos juegos, una vez estábamos jugando y de pronto me dieron ganas de
orinar, simplemente me baje mi ropa interior , me levante la falda, abrí las
piernas y solté el chorro ante la vista de el,
Esta sensación de mi sexo expuesto fue muy placentera para mi, después un día le baje los pantaloncitos y pude ver su pene pequeñito, era el primer pene que veía, creo yo, lo empecé a tocar con mi mano derecha y en segundos, estaba durísimo, por supuesto era como de dos centímetros, le empecé a dar besitos con mi boca, luego lo tenia todo en mi boca, lamiendo aquel minúsculo miembro, luego me le levante mi falda y le mostré mi coñito, me volteo y le pongo mis nalgas a la altura de su pene, y empiezo a restregarme, el órgano entraba en la abertura de mis nalgas, dándome una sensación caliente.
Esta sensación de mi sexo expuesto fue muy placentera para mi, después un día le baje los pantaloncitos y pude ver su pene pequeñito, era el primer pene que veía, creo yo, lo empecé a tocar con mi mano derecha y en segundos, estaba durísimo, por supuesto era como de dos centímetros, le empecé a dar besitos con mi boca, luego lo tenia todo en mi boca, lamiendo aquel minúsculo miembro, luego me le levante mi falda y le mostré mi coñito, me volteo y le pongo mis nalgas a la altura de su pene, y empiezo a restregarme, el órgano entraba en la abertura de mis nalgas, dándome una sensación caliente.
Otras
sensaciones las fui descubriendo, cuando observaba mi sexo através del espejo y
pude observar, como había una pelotita de carne que al tocarla de una manera,
me daba un cúmulo de sensaciones placenteras.
Hubo un
lapso de tiempo, en que me sentía avergonzada de mi cuerpo, y si antes lo
mostraba ahora me sentía cohibida, la razón radicaba en que veía a mis primas y
hermanas mayores, que se habían desarrollado y se ufanaban de sus grandes senos
y sus pubis poblados, se burlaban de mi, me sentía disminuida, no entendía que
yo era menor que ellas y no me había llegado la hora.
Como a
los doce años, mis senos empezaron a crecer y mi pubis se empezó a poblar, y
cambie totalmente mi forma de ser, con respecto a mi cuerpo, encontré de nuevo
mi camino de la sexualidad.
Me empecé
a interesar por los chicos, y a observar, lo que podía, recuerdo mucho, que una
tía, tenia un lugar, una especie de tasca donde vendían bebidas alcohólicas, en
ese lugar tuve mis primeros encuentros vouyeristas, cuando a través de un
huequito que había en la pared del baño de los caballeros, me ponía a observar
a los tíos orinando, esa fue una experiencia fascinante para mi y un descubrimiento,
vi los penes de diferentes tamaños, colores y grosores, cuando andaba en eso sentía
una calentura tremenda en mi bajo vientre.
Durante
unas vacaciones de verano llego a mi casa un chico familiar lejano de mi madre,
que andaba buscando ingresar a la universidad, y se iba a quedar un tiempo con
nosotros, tendría unos 18 años, el chico en los primeros días, me miraba de
arriba abajo, comiéndome con su mirada, esa situación no me gustaba, no me
gustaba, porque he analizado eso con el pasar del tiempo, y me gusta tener el
dominio de la situación, estar a la ofensiva y no a la defensiva. Un día no había
nadie en casa, me dirigí a la cocina a buscar un vaso de agua, estando allí de
pronto siento que me abrazan por detrás, era el chico, empieza a decirme cosas,
forcejeo con el, la situación era aterradora para mi, de pronto logro zafarme
de el y volteo hacia donde estaba, y vi que tenia el miembro fuera del
pantalón, con su mano derecha, descubría el glande, estaba superexcitado, pero
yo no estaba, con un miedo terrible, salí corriendo y me encerré en mi cuarto.
Fue el único
encuentro de ese tipo con ese chico, pero lo que sucedió después, fue distinto,
era una tarde calurosa de verano, y hacia mucho calor y decidí ducharme, fui
hacia el cuarto de baño, me desnude y empecé a sentir como el agua abría
caminos en mi cuerpo, rompiendo barreras, de pronto sentí como si alguien me
mirara, y pude ver efectivamente, que por el ojo de la cerradura había alguien espiándome,
eso me excito demasiado, el solo hecho de que estuvieran viéndome desnuda, me
calienta, y aproveche el momento, para dominar la situación, empecé a masajear
mi cuerpo, a tocar mis nalgas, mis senos, mi sexo. Esa noche en la oscuridad de
mi cuarto, pensando en la escena del baño, me masturbe con locura hasta
alcanzar niveles celestiales.
Nuestros
contactos a partir de ahora fueron vouyeristas, porque yo también estaba
pendiente cuando el chico se duchaba para espiarlo,
Una de las tantas veces que lo vi duchándose, me sentía súper excitada, ver su cuerpo desnudo, enérgico, voluptuoso, sensual.
Una de las tantas veces que lo vi duchándose, me sentía súper excitada, ver su cuerpo desnudo, enérgico, voluptuoso, sensual.
Tuve
cuando tenia quince años una experiencia, que ha sido la única de ese tipo, fue
un encuentro con una chica, compañera de mi curso en la escuela, siempre
estudiábamos juntas y nunca había pasado por mi mente, pero fue un encuentro
fortuito, casual, un día que estudiábamos, ella tuvo que quedarse en mi casa y
cuando nos fuimos a acostar, sucedió lo imprevisto, ella se empieza a desnudar
para ponerse la ropa de dormir, y por primera vez veo su cuerpo desnudo, era
muy blanca, tenia unos senos grandísimos, su sexo estaba muy poblado, aquella visión
despertó en mi sensaciones que desconocía. Se puso un camisón para dormir, como
había una sola cama, la mía, teníamos que dormir juntas, al acostarnos, sentí
su calor cerca de mi, nos dormimos, y como a las horas, de pronto me desperté,
porque sentí la mano de mi amiga puesta en mi sexo, la miro y me dijo quiero
verte el coño, me quito mi ropa de dormir y quedo desnuda en la oscuridad de mi
habitación , ella también se quita la ropa, y veo su cuerpo desnudo, con la
poca luz que entraba al lugar, empiezo a tocar sus senos, que eran como dos
colinas, coronadas por un pezón rosadito, chupo esos pedazos de carne ardiente
hasta la saciedad, mientras mi amiga, con su mano frotaba mi clítoris, del que salían
chispazos de energía, cambiamos de posición y mi boca se va hacia su sexo, abro
camino entre sus vellos, y encuentro sus labios mayores abultados, hinchados, a
punto de explotar, descubrí la dulzura de esa vulva virginal, probé esa miel
varias veces, fue una noche de locura y desenfreno sexual.
A la
mañana siguiente nos levantamos y ella estaba como apenada por lo que había
sucedido la noche anterior, me dijo quiero que eso quede como un secreto entre
las dos, pero yo no quiero volver a hacerlo, así fue, después de ese año juntas
por el estudio, decidió irse de la ciudad y mas nunca he vuelto a verla.
A los 17
años, tuve mi primera relación completa con un chico, ocurrió una vez que
fuimos de excursión al campo, un grupo de chicos y chicas, compañeros de
clases, el chico era mi novio de ese tiempo.
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